El movimiento de resistencia islámica libanés ha reiterado su compromiso con la defensa del país y advertido sobre los intentos de debilitar su capacidad de respuesta para favorecer a Tel Aviv y sus aliados.

Hezbolá instó al Gobierno a enfocarse en enfrentar la agresión de la entidad sionista de Israel que ha persistido por décadas, identificándola como la raíz de los problemas del Líbano. Foto: EFE
Miles de simpatizantes de Hezbolá y del Movimiento Amal protestaron este jueves en Beirut, el sur del Líbano y la región de Bekaa para exigir al Gobierno que abandone su plan de desarmar a los movimientos de resistencia, una medida que consideran peligrosa para la defensa nacional frente a la agresión israelí.
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Los manifestantes advirtieron que, si se priva a la resistencia de su arsenal, el sur del país quedará expuesto a los constantes ataques de la entidad sionista de Israel.
En ocasiones anteriores Hezbolá ha considerado la iniciativa como un “grave error” que debilitaría la capacidad de respuesta ante la agresión.
El debate sobre el desarme volvió a la mesa del Gabinete libanés esta semana. El primer ministro, Nawaf Salam, confirmó que el Consejo de Ministros respaldó los lineamientos de una propuesta impulsada por Washington, que limitaría el uso de armas exclusivamente a las fuerzas estatales. El plan, que busca reducir de manera progresiva el armamento de la organización, contempla la implementación de un proceso de desarme escalonado.
Mahmoud Komati, alto cargo político de Hezbolá, acusó al Gobierno de ceder a los intereses de Estados Unidos e Israel y subrayó que mientras exista territorio ocupado, la resistencia no puede ser eliminada. Por su parte, el secretario general adjunto de Hezbolá, jeque Naim Qassem, rechazó las presiones internas y externas para que su grupo deponga las armas.
Qassem recordó que la resistencia está contemplada en el Acuerdo de Taif de 1989 y que cualquier cambio debe contar con consenso nacional. Además, instó a las autoridades a centrarse en frenar la agresión israelí, en lugar de seguir dictados extranjeros.
Hezbolá, fundado en 1982 para enfrentar la ocupación israelí de las granjas de Shebaa y contener sus ambiciones regionales, intensificó sus operaciones desde 2023 en apoyo a Gaza, lo que provocó una escalada militar que ha dejado más de 4.000 muertos en Líbano.